Tras nueve meses, la Virgen de la Sierra, Patrona de Villarrubia de los Ojos y de las Dieciocho Villas de la Orden de San Juan de Jerusalén.
¿Qué sabemos de la Virgen de la Sierra? La imagen de la Virgen de la Sierra fue donada por el papa Gregorio I allá por el siglo VI. Dicha imagen tuvo que ser escondida con la llegada de los árabes a España en el 711.
También sabemos que la imagen fue quemada en la Guerra Civil española, donde sólo pudo recuperarse las manos de la Virgen y la cabeza del niño. A partir de esas piezas, se intentó hacer una réplica de la imagen anterior. También sabemos que la Virgen está sentada en un trono y, normalmente aparece vestida con un manto, tradición muy antigua. La Virgen de la Sierra posee numerosos mantos, algunos muy antiguos recuperados de la Guerra Civil.
La Virgen de la Sierra es bajada desde su Santuario uno de los últimos domingos de agosto, normalmente el tercero, corriendo y andando en andas acompañada de numerosos fieles de la Virgen para que esté presente en las fiestas en su honor celebradas del 7 al 12 de septiembre. Además, se celebra una novena en su honor los días anteriores al día de la Patrona, el 8 de septiembre. La "Morenita", como es conocida, permanece en el municipio durante la época de la vendimia hasta el tercer domingo de noviembre, cuando es subida hasta su Santuario en andas corriendo y andando al igual que en la traída. Villarrubia se vuelca con todos los actos programados por la Archicofradía ya que el fervor que se tiene a esta imagen es único en Villarrubia.
Además, Nuestra Señora de la Sierra pasará a nuestra Sede-Oratorio de manera extraordinaria por el IV Centenario de nuestra hermandad para que nos proteja durante este año tan especial para todos los fieles. Va a ser la segunda vez que pasa a nuestra Sede, ya que lo hizo en el año de su coronación, en 2009.
La Virgen de la Sierra se acerca hasta la puerta de nuestra Sede-Oratorio. 2012 |
SALVE A LA VIRGEN
Dios te salve, reina y madre de misericordia,
vida y dulzura, esperanza nuestra, Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados, hijos de Eva,
a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas.
Ea, pues, señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos.
Y después de este destierro muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce virgen María!
Ruega por nos Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de Jesucristo. Amén Jesús.