En la solemnidad y el recogimiento de la Virgen de la Soledad, se encuentra el dolor de la pérdida y la esperanza de la salvación.
Así, Nuestra Señora de la Soledad viste este mes con este pulcro luto que recuerda a las mujeres que a lo largo del siglo XX y en los últimos años acompañaban a la Virgen en la procesión del Viernes Santo bajo la oración y el duelo de la muerte, ropaje característico que nuestra Titular portaba en los primeros años en nuestra localidad y por el que se muestra representativo y propio dentro de su advocación de la Soledad, y ha sido significativo a lo largo de siglos por adoptarlo de las viudas castellanas.
Necesario de comentar son también otros detalles con respecto a cómo se encuentra entrelazado el rosario en sus manos cruzados en actitud orante, la Cruz donada por la Orden Franciscana Seglar con la que nuestra Hermandad muestra lazos de unión desde hace años, y el corazón traspasado por una espada, haciendo alusión a la profecía de Simeón en el Evangelio de San Lucas y que da lugar al lema de nuestra Cofradía "Y a ti una espada te atravesará el alma".
Con todo, la Virgen de la Soledad se encuentra sin brillos, sin puntillas, con recogimiento y sencillez, características que le han brindado siempre. Y con su fiel mirada, la que transmite a sus hijos la intención de no dejarles solos; y los labios entreabiertos en la serena expresión de un llanto contenido tras la muerte de su Hijo.
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