Tras tres meses en nuestra localidad, María Santísima de la Sierra vuelve a su Santuario.
La Virgen de la Sierra, patrona de las 18 villas de la Orden de San Juan de Jerusalén, y de Villarrubia de los Ojos lleva en el pueblo desde el 24 de agosto. Ese mismo día, miles de villarrubieros acompañaron a nuestra Patrona hasta nuestro pueblo para que pudiera pasar las fiestas en su honor junto a sus vecinos y poder celebrar la novena en la que se pide y da gracias a la Madre de todos los villarrubieros.
Como es tradición, el tercer domingo de noviembre, la Virgen de la Sierra es llevada de nuevo a su Santuario por todos los villarrubieros, algunos corriendo con ella, otros andando desde antes. Mañana, tercer domingo de noviembre, la Virgen de la Sierra celebrará la última eucaristía en la localidad a eso de las 7 de la mañana en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. Cuando finalice la eucaristía, autoridades, banda municipal y vecinos acompañarán a la Virgen hasta el Canto, donde se le cantará la Salve. Tras el canto, los más jóvenes empezarán a correr con ella, acompañándola hasta su Santuario, y los más mayores despedirán a su Madre.
Mañana, desde bien temprano, hará frío, como todo el mes de noviembre, Pero la Virgen de la Sierra calentará los cuerpos y dará fuerzas a todos para que la podamos acompañar durante esos 12 kilómetros. El Grupo Joven, de nuevo, formará parte de la multitud que acompañe a nuestra Patrona hasta el Santuario, donde a la llegada, a eso de las 10 de la mañana, se celebrará una Santa Misa. Desde estas líneas, queremos animar a los más jóvenes a que acompañen a la Virgen de la Sierra hasta su Santa Casa, siempre abierta a sus hijos, donde nos acogerá siempre.
Dios te salve, reina y madre de misericordia,
vida y dulzura, esperanza nuestra, Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados, hijos de Eva,
a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas.
Ea, pues, señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos.
Y después de este destierro muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce virgen María!
Ruega por nos Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de Jesucristo. Amén Jesús.