Casi podemos decir que huele a incienso y a cera en las calles de Villarrubia. Faltan sólo diez días para la Semana Santa. Las hermandes y todos sus devotos y fieles empiezan a pensar en los detalles, en detalles de todo tipo. Desde las túnicas, hasta los actos que este año se han organizado, pasando por el tiempo. Precisamente es esto último lo que más nos preocupa. Tras la Semana Santa "fallida" que vivimos el año pasado como consecuencia a las fuertes precipitaciones, todos estamos atentos al cielo y a los cambios de temperatura que se están produciendo estos días, a la espera de que las procesiones este se puedan lucir en todo su esplendor.
Procesión Los Encuentros, Dolorosa, costaleros |
Son muchas las cosas que tienen que organizar las hermandades estos días. Su trabajo dura todo el año, pero ahora el ritmo es frenético. Limpiar los pasos y sacarles brillo, colocar faldillas y velas, encargar las flores, ultimar los ensayos, preparar actividades más allá de las procesiones, gestionar los detalles de última hora...
El ritmo no sólo es frenético en el seno de las hermandes, también en los hogares se viven días de mucho ajetreo. -Mamá, plánchame la túnica, por favor-, -tengo que ir al taller de costura a que me saquen los bajos, que la capa me queda corta-, -hijo, ¿pero este año te vistes o no?-. Preparamos las túnicas, los faroles, las mantillas y peinetas, los rosarios, los cordones. También preparamos los fogones y la cocina. Empezamos a hacer las primeras hornadas de torrijas, arroz con leche o natillas, y ponemos a macerar el besugo en escabeche para que llegado el Jueves Santo todo esté en su punto y, entre procesión y procesión, podamos disfrutar de una cena típica en familia.
Procesión Los Encuentros, La Verónica, costaleras |
Sin embargo, más allá de la puesta a punto de los pasos en las hermandades o de todos los preparativos que estemos llevando a cabo en el interior de nuestros hogares de cara al mejor lucimiento de nuestra Semana Santa, debemos preocuparnos también, y de forma especial, por nuestra preparación personal, por nuestra preparación interior. La Semana de Pasión de los Cristianos va mucho más allá de la devoción de las procesiones o los pasos. Debe convertirse en un acercamiento interno a la figura de Cristo y a la Virgen María.
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