Bienvenidos al blog del Grupo Joven de la Real, Servita y Franciscana Hermandad de la Soledad, de la Vera Cruz y de San Cristóbal de Villarrubia de los Ojos. Esta herramienta virtual pretende ser el reflejo del emprendimiento personal que un grupo de jóvenes de la Hermandad de "los blancos" ha querido llevar a cabo para colaborar en estrecha unión con nuestra cofradía. A través de esta página queremos, además, haceros partícipes de todos los proyectos e iniciativas que nuestra Hermandad desarrolla o quiere poner en marcha en un futuro próximo, así como diferentes actos relacionados con la Semana Santa de Villarrubia, declarada de Interés Turístico Regional desde 2014, y la religiosidad del municipio. Ante cualquier duda, queja o sugerencia, podéis dirigiros a la siguiente dirección de e-mail: grupojovensoledadyvera-cruz@hotmail.es







sábado, 14 de noviembre de 2015

Mañana acompañamos a la Virgen de la Sierra hasta su Santuario

Tras tres meses en nuestra localidad, María Santísima de la Sierra, Nuestra Patrona, vuelve a sus Santuario.

La Virgen de la Sierra, también patrona de las 18 villas de la Orden de San Juan de Jerusalén, lleva en el pueblo desde el pasado 23 de agosto. Ese mismo día, miles de villarrubieros acompañaron a nuestra Patrona hasta nuestro pueblo para que pudiera pasar las fiestas en su honor, junto a sus hijos villarrubieros, y poder, así, celebrar la novena en la que se pide y da gracias a la Madre de Dios y de todos los habitantes de nuestro pueblo.

Como es tradición, el tercer domingo de noviembre, la Virgen de la Sierra ha de ser llevada de nuevo a su Santuario de mano de los villarrubieros, algunos corriendo con ella, y otros andando. Mañana, tercer domingo de noviembre, la Virgen de la Sierra celebrará la última eucaristía en la localidad, sobre las 7 de la mañana en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. Cuando finalice la eucaristía, autoridades, banda municipal y vecinos acompañarán a la Virgen hasta el Canto, donde se cantará la Salve a Nuestra Madre. Tras el canto, los más jóvenes empezarán a correr con ella, acompañándola hasta su Santuario. Mientras, los más mayores, con nostalgia despedirán a su Madre, la Virgen de la Sierra.

Mañana, desde bien temprano, las temperaturas harán que haya un ambiente frío, como todos los años. Pero la Virgen de la Sierra calentará los cuerpos y dará fuerzas a todos para que la podamos acompañar durante esos 12 kilómetros. Miembros del Grupo Joven, como todos los años, formarán parte de la multitud que acompañe a nuestra Patrona hasta el Santuario, donde a la llegada, a eso de las 10 de la mañana, se celebrará una Santa Misa. Desde estas líneas queremos, un año más, animar a los más jóvenes para que acompañen a la Virgen de la Sierra hasta su Santa Casa, siempre abierta a sus hijos, donde nos acogerá siempre. 

Os dejamos esta reflexión que nos ha llegado y la Salve a la Virgen: 

"En vísperas de la subida de Nuestra Señora de la Sierra, recordemos esto: hay que ser luz para el camino. Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida. La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella. En determinado momento, se encontró con un amigo. El amigo lo reconoció y le preguntó: ¿Bruno, qué haces con una lámpara en la mano, si tú eres ciego? 
El ciego le respondió: Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco las calles de memoria. Llevo la luz encendida para que otros encuentren su camino cuando me vean...
No sólo es importante la luz que me guía a mí, sino también la que yo uso para que otros puedan servirse de ella.
Podemos alumbrar nuestro propio camino y también ayudar con nuestra luz a que otros encuentren el suyo. Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil. Muchas veces en lugar de ser luz, y alumbrar a los demás, les aportamos nuestras propias sombras y les oscurecemos y dificultamos mucho más el camino. Son las sombras del desaliento, la crítica, el egoísmo, el desamor, el odio, el resentimiento..."



Dios te salve, reina y madre de misericordia,
vida y dulzura, esperanza nuestra, Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados, hijos de Eva,
a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas.
Ea, pues, señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos.
Y después de este destierro muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce virgen María!
Ruega por nos Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de Jesucristo. Amén Jesús.

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