Virgen de la Soledad (2018). Foto: Antonio Illescas |
«Mujer, ahí tienes a tu hijo».
Luego, dijo al discípulo:
«Ahí tienes a tu madre».
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.
Llega la noche más especial, llega la noche de la Soledad. Cristo ha muerto y la Virgen ha quedado sola ante el Sepulcro.
En esta noche, nuestra tercera estación de penitencia, procesionamos junto a la Hermandad de Jesús en el Descendimiento y María Santísima de la Esperanza y junto a la Hermandad de Jesús Nazareno y Santísimo Cristo en la Agonía, sacando a la calle los pasos de Jesús en el Descendimiento, el Niño Carpintero, el Niño de la Bola, el Santo Sepulcro, el Santísimo Cristo en la Agonía, la Piedad, el Calvario, la Virgen Niña y la Virgen de la Soledad.
María, en su Soledad, recuerda los tormentos padecidos y soportados por su Hijo, esperando su gloriosa Resurrección. Las camareras han ataviado para la ocasión a Nuestra Madre en esta noche inolvidable, la que todos los hermanos blancos esperan a lo largo del año. Tras un año entero en el Convento de las Madres Clarisas, la Virgen de la Soledad procesionará esta noche de Viernes Santo. Es una noche cargada de luto. Cristo ha expirado y los nazarenos villarrubieros salimos a la calle esperando la Resurrección.
El itinerario será el siguiente: Parroquia, Tirante, Avenida de Cristo Rey, Empedrada, Soledad, Charcazo, Jijones, Santa Ana, Emilio Nieto, Paseo del Cordón, Cervantes, Serafín Romeu, Iglesia y Parroquia. Al término de la procesión, nuestra hermandad acompañará a Nuestra Señora de la Soledad hasta la Sede-Oratorio de nuestra Hermandad.
Nuestra Hermandad está citada a las 20.30 horas en nuestra Sede-Oratorio, donde partiremos hasta la Iglesia Parroquial.
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