Pequeños protagonistas

Los niños tienen un lugar fundamental en la Iglesia actual porque, como sabemos son la semilla del futuro; del mismo modo son miembros enormemente importantes para la Hermandad de la Soledad y la Vera Cruz, en primer lugar porque llama la atención ver como cada Jueves y cada Viernes Santo las filas de penitentes están llenas de pequeños vestidos con sus túnicas, algunos de tan corta edad que van dormidos en sus carritos empujados por sus sacrificados padres y, en segundo lugar, porque uno de los tronos de nuestra Hermandad, el de la Virgen niña va portado por pequeños costaleros. Esta iniciativa, que también desarrolla la Hermandad de Jesús Nazareno de nuestro pueblo, hace que los niños puedan involucrarse de lleno y desde dentro, del mismo modo que sus padres o sus familiares adultos, en la celebración de la Semana Santa.

Niños y niñas que forman el trono de la Virgen Niña. Semana Santa 2011

Nuestro trono infantil es mixto, lo componen 50 costaleros y costaleras más dos tambores que ensayan cada jueves y viernes para preparar la dura estación del Jueves Santo en la que ellos procesionarán. Los costaleros de mayor edad tienen entre 13 y 14 y, normalmente, muchos años de experiencia a sus espaldas. Los más pequeños, por su parte tienen 10 años. Todos llegan a ensayar con la misma ilusión y las mismas ganas, ser costaleros para ellos es un sueño pues, desde muy pequeños, han vestido las túnicas blancas y azules de nuestra Hermandad porque sus familias les han transmitido la devoción por los titulares de nuestra Hermandad y ellos quieren formar parte de la Semana Santa desde dentro. 

Ensayos 2011

Al frente de esta cuadrilla de pequeños portadores se encuentran Ángel Rodríguez y Rocío Navarro, sus capataces; dos miembros del equipo directivo de nuestra Hermandad con mucha conexión con los niños y enormes dosis de interés por inculcar a los niños la pasión por la Semana Santa ya desde que los pequeños. “A veces los ensayos se hace un poco duros porque 50 niños son muchos niños, más que los que hay en una clase del colegio y son de edades muy diferentes, pero se portan bien y al final todo sale quedándonos un muy buen sabor de boca”, nos cuenta Ángel Rodríguez, uno de los capataces del trono. “Comparten una misma pasión, tienen claro porque están aquí y además se crea amistad entre ellos;  son de diferentes edades, de distintos colegios, hay mucha heterogeneidad entre ellos y esta es una actividad en la que se unen, objetivo final de una Hermandad”, añade.

Rocío Navarro es la otra capataz responsable del trono y este es su primer año al frente del trono y del equipo directivo de la Hermandad, “ahora lo vemos todo un poco complicado, y yo más aún que no tengo la seguridad que da haber trabajado con los niños otros años pero, cuando llegue el día, estoy segura de que todo saldrá bien porque se esfuerzan mucho y se lo toman muy en serio, aunque también son muy traviesos. Por lo pronto, durante los ensayos intentamos armarnos de paciencia y divertirnos con ellos. La verdad es que es una experiencia muy interesante y gratificante porque de los niños se aprenden muchas cosas”.

Ensayos 2011

Los niños también tienen mucho que decir de su experiencia año tras año portando el trono que representa a la Virgen María cuando era sólo una niña, como ellos lo son ahora. Francisco tiene 11 años, es hijo de Rocío y costalero del trono de la Virgen Niña desde hace tres. Nos cuenta que cuando sea mayor también será costalero del trono de los mayores, como su padre lo es ahora mismo. Rocío comenta que, efectivamente él lo tiene muy claro y que ya está en la lista, pues la demanda de puesto, como suele ocurrir en la mayoría de hermandades, es enorme y por ello, los tiempos de espera son inabarcables. Como Francisco, muchos son los niños y niñas que, desde que comienzan su experiencia al frente del trono pequeño, demandan a sus padres formar, en el futuro, parte del trono de la Virgen de los Dolores y de la Verónica.

Desde el Grupo Joven de la Hermandad de la Soledad y la Vera Cruz animamos a estos pequeños costaleros y costaleras a que continúen su andadura en esta Hermandad con la misma ilusión con la que lo hacen ahora para que el día de mañana se conviertan en unos jóvenes comprometidos que continúen con su legado.