La Virgen de la Sierra colocada sobre sus andasminutos antes de comenzarse su traslado |
Como ocurre cada año, a las seis y media de la tarde comenzaba la bajada. Fieles de todas las edades, pero sobre todo jóvenes, se encargaban de portar la imagen de la Virgen y lo hacían corriendo, como marca la tradición. En Renales, lugar que marca el ecuador del recorrido que hay entre el santuario y el municipio de Villarrubia, los portadores de la Virgen hacían un descanso para reponer fuerzas y continuar con el camino.
Dos jóvenes inician el descenso desde el santuario hasta Villarrubia |
Finalmente, la procesión pudo celebrarse, aunque con algún que otro amago de lluvia, y un poco antes de las 10 de la noche, las campanas de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción anunciaban, con su repique, la llegada de la imagen de la Virgen de la Sierra al templo en medio de cientos de fieles allí congregados para la ocasión.
De forma especial, y por primera vez en la historia de nuestra Hermandad y del culto a la Virgen de la Sierra, la Hermandad de la Soledad, de la Veracruz y de San Cristóbal, le daba la bienvenida a la Virgen desde la Sede-Oratorio durante su paso por el mismo a lo largo del recorrido procesional. Era la primera vez que la Virgen de la Sierra se dirigía a la Sede, allí se le hizo entrega de un ramo de flores, como símbolo de la fe y devoción que nuestra hermandad profesa a la Madre de Dios.
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